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lunes, 8 de marzo de 2010

Cuestion de costumbres.


(Saben ustedes que les hablo en broma porque mira que está bonito todo)



Son ya muchos los años que, sin quererlo, comerlo o beberlo, tontos nos vienen llamando.

Cuando eres niño, con que viene el hombre del saco, el coco o cualquier otro macaco que algún miedo produjera. Si no se comía o si se escapaba algún taco, rápido nos engañaban con temores que temblores nos causaban. Y luego, el tiempo ese que también engaña, que se empeña en hacer que pasen los días, esos días que tanto nos cuesta pasar y que tan rápido vemos que pasan cuando han pasado. Y llegan los temores de la escuela, que si Fulanito me quiere pegar o el tal Menganito que dice que "como me coja...", pero, bueno, se van pasando, a duras penas pero pasando porque llega un momento en el que, además, te conviertes en el fuerte y en el que amenaza.
Y cuando crees que de esos peligros ya pasas, te llegan los miedos de los maestros, que también se empeñan en ponerte a prueba, por lo visto no se fían de cuánta sabiduría eres capaz de acumular y por tanta porfía no dejas de descansar en cuanto a el bien pensar de los pensantes, que igual que ahora era antes, y sin vivires varios, te persiguen a cada momento.

Luego de tanta saña, peligro y complicación, cuando ya controlas la situación, te encuentras con amoríos, esos primeros que llegan, tan de repente que tras ponerte de frente, balbuceas, te sonrojas o cipoteas tristemente para conseguir aliciente que a la moza le parezca sugerente. Niente, nada de nada y, como se sigue haciendo el tonto, pues nos siguen engañando, sobre todo en estos casos con los que, encima, nos vamos conformando.

Sigues, y lo persigues, conseguir que no te engañen y aceptas cualquier trabajo, que te crees muy bien pagado, sin caer que bien mirado, no te creas que lo has logrado.

Pero tú erre que erre, y en la políticas confías, y aunque digan tonterías, que en crisis aún no estamos o que en guerras nos hallamos más guerras éstas de buen rollo,
vamos, que estamos pero no estamos, aunque de tiros nos veamos y con bajas que es lo malo y lo peor del asunto. Pero fíjense qué punto, para esto no nos manifestamos, es más, casi nos conformamos, siguiendo doctrinas que en unos casos vienen de un lado y en otros del otro que, aún saliendo de saco roto, a todos nos mete en verea y, los creas o no los creas, al final consiguen llevarnos por donde más les interesa, le pese a quien.....le pesa (perdonen pero es por mantener la rima).


El caso es que todo esto me cabrea y mucho, aunque ustedes no lo crean, que encima que a todos ningunean, consuelo alguno nos queda de disfrutar los momentos, momentos aunque tan sólo estos sean, caminar por donde se pueda y disfrutar de paisajes, evitando los cuentos e incluso de viajes.

Pues hasta en esto nos fastidian, y nos llueve y nos nieva. Incluso algún día hasta nos truena dejándonos así más pena que gloria en este momento. Que ya está bien de este frío y de tanta lluvia que afea las casas, afea las calles, afea los pueblos y las aldeas. El campo está bonito, sí, pero, ¿hay quién lo vea? Si con tanta lluvia y tanto viento no hay quien se acerque a una verea, por mucho del campo o hasta güillo que se sea. Y las casas, de humedades están plenas, las caras de Bélmez surgen en las paredes, y encima, importancia alguna nos damos, sólamente, cuando esto acabe, lo pintamos y así también nos conformamos.

Que ya estoy harto de todo, que ya está bien, que podía parar un poco, un poquito tan sólo. Por favor, a quien corresponda, que pare un poco.

Por último pedirles disculpas por tan largo tiempo en "estánbai" pero tantas cosas han pasado y algunas, tan malas, que prefiero no detallarle dato alguno, mejor me lo quedo yo para mí.

Muchos saludos a todos no obstante. Seguimos adelante.




(espacio reservado para que, cuando lo encuentre, me pueda subir a goear la canción Llueve, de Opinión Pública. "Llueve y mientras llueve, aquí te espero, me estoy "mojando" por tí. Es que estos tíos.....Un saludo, amigos, si leéis ésto).